La Encantada

Cómoda casita en Seclantas Adentro

Grande fue la sorpresa de @tripticity_ cuando, en la constante búsqueda de nuevas opciones, encontró a Finca La Encantada.

En el valle de Seclantás Adentro, justo frente al cañadón del río Brealito, Federico y Rocío reacomodaron la antigua salita del casero de la finca para brindar hospedaje confortable al visitante.

Se encuentra a un par de kilómetros de la ruta 40 y a cuatro del pueblo de Seclantás.

Llegamos en la tarde, cuando el sol iluminaba la montaña del frente, por lo que nos dispusimos a disfrutar la serenidad en la galería mientras saboreábamos una picada con el vino de la finca. Las viñas de malbec rodean la casa de adobe y techos de caña, bien característica de los Valles Calchaquíes.

Para la llegada de la noche, el cielo se iluminó con una inmensa cantidad de estrellas, todo un espectáculo extra. Nos hizo recordar aquella experiencia en Salinas Grandes, cuando paramos en Pristine Camps. Esos cielos prístinos en los que el universo parece acercarse y mostrar su señorío.

En eso, volvieron los anfitriones trayendo la cena programada de antemano. Un banquete de comida casera, bien casera, preparada en el momento para nosotros con productos de la huerta.

Los elegidos esa noche fueron, de entrada, una sopa de zapallo acompañada de pan casero. Los principales, unos opulentos canelones de acelga jamón y nueces también de producción propia con una concassé de tomates de la huerta. Y de broche un pastel de papas generoso.

Todo acompañado del potente Malbec de Seclantás, que luego de media hora de oxigenación adquiere niveles de excelencia.

En esos momentos, noche previa al 17 de junio, en el pueblo de Seclantás tenía lugar la tradicional guardia bajo las estrellas en honor al héroe local Martin Miguel de Güemes. La tradición salteña manda a sus leales gauchos a revivir aquella noche previa a su fallecimiento, en la que seguidores se turnan para mantener la vigilancia y sostener el cuidado del prócer. Por eso no dudamos a pesar del cansancio en llegarnos para vivir y ser parte de esa experiencia.

Dos enormes troncos alimentaban el fuego y las autoridades presidían el acto formal. Luego del izamiento de la bandera y del himno nacional se presentó el ballet del pueblo para brindar su espectáculo. Luego siguió la interesante charla con el intendente de Seclantäs, quien nos contó los proyectos para generar y fomentar el turismo en su localidad Mientras disfrutábamos de vino hervido, ideal para calentar el cuerpo en esa fría noche de principios de invierno: una pócima dulce y corpulenta que calentaba hasta el alma.

A la mañana siguiente nos aguardaba una visita a Luracatao, previo stop en la laguna de Brealito y su fiesta patronal, por lo que regresamos a Finca La Encantada para un descanso en el silencioso valle.

Al despertar nuestros anfitriones nos llevaron el desayuno hasta nuestra casita. Al igual que la cena todo era casero, tanto en las pepas con dulce de membrillo como los muffins y el dulce de manzana.

Nos despedimos de Rocío y Federico celebrando su iniciativa de crear en su finca un cómodo y bonito refugio para el visitante, en el que además del paisaje inmenso y majestuoso destaca también sus notables vinos y la sabrosa propuesta gastronómica de la casa.

Un lugar para descansar, admirar la belleza del paisaje, el cielo estrellado en las noches y el profundo silencio del valle.