El gran ceramista de Uquía

El enorme Juan Gerónimo

Las vueltas del destino hicieron que justo antes de un viaje que teníamos programado para conocer Cusi Cusi, tenía que dar una clase sobre derecho constitucional. Al finalizar la exposición, una alumna se acercó y me hizo una consulta. Alejandra se presentó contándome que era de Uquía, por lo que inmediatamente le comenté de nuestro próximo viaje a Jujuy. Fue así que sin dudarlo, con espontaneidad, me invitó a conocer el trabajo de su papá, el ceramista Juan Gerónimo.

Para entonces tuve que contarle acerca de @tripticity_, por lo que se ofreció de inmediato a coordinar todo para que pudiésemos visitar su taller.

Así conocí a Alejandra Gerónimo.

Un par de días después, cuando llegamos a Uquía, por supuesto fuimos al encuentro de Gerónimo. Justo frente a la iglesia San Francisco, el primer puesto a la derecha exhibe y vende tanto su producción como algunos otros recuerdos de la Quebrada de Humahuaca.

Ni bien llegamos Francisco, un amable puestero vecino, nos dejó el regalo de dos vasijas de cerámica con un acabado blanco en su interior, que luego supimos que era un proceso de vitrificación esmaltado. ¿Por qué Francisco? Es que nos habíamos demorado más de lo esperado en Las Señoritas, el gran comedor de Uquía.

Así que guiados por nuestro amable intermediario nos dirigimos hasta el taller del otro lado de la ruta nacional 9.

Sonriente, Juan nos abrió la puerta de su mundo, dispuesto a compartirlo con nosotros, con absoluta tranquilidad, como si todo el tiempo del mundo pudiese ser dedicado a ese momento.

Primero nos enseñó donde acopia la arcilla, que trae desde Chucalezna.

Luego el proceso que le sigue, para lograr las condiciones para ser moldeada.

Mientras relataba cada paso se permitía deslizar uno tras otro chistes, ocurrencias sobre la vida, siempre con un mensaje híper optimista y repitiendo su dogma de “querer es poder”.

Él quedó huérfano de padre de muy chiquito, por lo que su mamá sacó adelante su familia con mucho esfuerzo.

Fue en Chucalezna donde en la adolescencia conoció y se enamoró para siempre del oficio de ceramista.

Tiempo después se convirtió en maestro por lo que hoy sus alumnos se convirtieron en sus colegas.

Juan produce objetos en serie utilizando moldes de yeso, pero también se permite continuar elaborando piezas únicas.

Una vez que el “bizcocho” está listo, pinta cada pieza con diseños únicos, algunos de los cuales incluso ya tiene registrados, como unas esbeltas y delgadas llamas que lucen alegres, así como es él.

Algunos de esos diseños incluso los cedió vendió a la Cerámica San Lorenzo, para la producción masiva de cerámicos decorativos.

Así fue pasando el tiempo y ante cada pregunta que le formulaba, sonreía respondiendo que “no me impaciente”, que ya llegaría a contar sobre esa otra parte del proceso.

Así a continuación nos enseñó los dos hornos modernos que adquirió -con mucho esfuerzo- para poder producir más cantidad.

Durante el recorrido lo acompañó Mailén, su nuera, quien también -como nosotros- se divertía escuchándolo al gran personaje que es Juan Gerónimo.

Luego se sentó frente a los colorantes naturales, y sin pensarlo esbozó un dibujo en una vasija para enseñarnos la etapa del diseño.

En eso nos instó a elegir uno de los mates que ya tenía listo, pues quería obsequiárnoslo.

Cuando nos dijo que tenía otro regalo para darnos, nos pareció mucho y le confesamos que no podíamos aceptarlo, pero con cara pícara nos respondió que sí lo íbamos a hacer y nos lo íbamos a llevar para siempre como recuerdo. Entonces cambió su acullico de coca, trajo su quena y dejó renacer al gran músico de otros tiempos, cuando de joven formaba parte del grupo del legendario Ricardo Vilca. ¡Empezó a tocar para nosotros! La emoción fue enorme.

Vivencias que @tripticity_ nos regala en cada viaje, permitiéndonos conocer valiosas personas dispuestas a compartir con nosotros sus historias de vida, de esas que inspiran y resultan un baño de motivación.

Así conmovidos partimos rumbo a La Quiaca despidiéndonos del enorme Juan Gerónimo y agradeciéndoles a la desenvuelta y bella Alejandra por habernos compartido a su papá, su alegría de vida y su bello trabajo en cerámica.