Ciudad de Salta
La propuesta de @tripticity_
La ciudad de Salta honra tanto su seudónimo de “La Linda” como la historia que la glorifica.
Un paseo por su centro histórico es una invitación a apreciar su arquitectura neocolonial y sus coloridos puestos callejeros y sus mercados. Propone también una atractiva oferta cultural y ni hablar de su gastronomía regional tan característica.
La sugerencia de @tripticity_ es iniciar en la esquina de las avenidas Belgrano y Sarmiento. Dos son los edificios para admirar; por un lado, el Archivo Histórico y la Biblioteca Provincial Dr. Victorino de la Plaza. Por el otro, justo al frente, el Museo de Bellas Artes de Salta contiene una síntesis de la historia cultural de la provincia. Exhibe una muestra de arte precolombino, de arte religioso y destaca la colección de obras de artistas locales, como la de Carlos “Pajita” García Bes, la de Jorge Hugo Román, la de Aristene Papi, la de Ramiro Dávalos o la de Elsa Salfity, entre tantos otros.
Continuando por avenida Belgrano en dirección este, predomina la zona de plaza Belgrano con viejas casonas y emblemáticos edificios como el Palacio Usandivaras -hoy convertido en hotel Design Suites- o el de la Policía de la provincia; además allí se encuentra la placa que da cuenta del lugar en el que fue herido de muerte el General Martín Miguel de Güemes.
Cien metros más adelante se encuentra el Museo Catedralicio Monseñor Carlos Mariano Pérez y el frontis posterior de la Catedral Basílica de Salta, que aloja el santuario del Señor y la Virgen del Milagro. La iglesia es de una extraordinaria belleza, tanto su fachada como su interior, en el que sobresale su embaldosado. Allí, además, también vive la historia salteña.
Las crónicas dan cuenta de que luego del terremoto del año 1856 se inició la obra de la nueva catedral, pero la tradicional veneración salteña se remonta al año 1692, cuando con motivo de un feroz terremoto los vecinos de Salta le pidieron auxilio al Jesús, tras lo cual paró milagrosamente la conmoción. Las imágenes habían sido encontradas en el puerto del Callao en Perú, enviadas a lomo de mula hasta la ciudad y entregadas al pueblo en el llamado Campo de la Cruz. Desde los acontecimientos milagrosos sucedidos entre los días 13 y 15 de septiembre de 1692, según los cuales los temblores frenaron una vez que las imágenes fueron sacadas en procesión, se generó el culto y devoción al Señor y a la Virgen del Milagro. Esta fiesta se concreta mediante una novena con una procesión de enorme magnitud social. Ya los días 13 y 14 resulta un espectáculo conmovedor observar a los fieles que a pie bajan de los lejanos cerros, y por fin la procesión multitudinaria tiene lugar el 15 de septiembre de cada año.
En la Catedral también se encuentra el Panteón de las Glorias del Norte. En efecto, allí descansan los restos de los Generales Martín Miguel de Güemes, Antonio Álvarez de Arenales, Rudecindo Alvarado y de Doña Martina Silva de Gurruchaga.
A unos cincuenta metros de la catedral, también sobre calle España, un imperdible es Casa Moderna, una tienda tradicional de vinos, licores, quesos y fiambres, especias, conservas y delicatessen. Y excelentes empanadas, por supuesto.
También en la calle España se encuentra el Museo Güemes, que documenta la historia del general y su valioso aporte en la gesta emancipadora. Funciona en una casona de auténtico estilo colonial, que fue la vivienda que habitó el héroe salteño junto a su familia. Es además Monumento Histórico Nacional. Visitarlo permite un ágil recorrido por la historia de Salta.
Sobre la calle Mitre, el Museo de Arqueología de Alta Montaña -MAAM- resguarda y exhibe el cuerpo momificado de los niños hallados en el año 1999 en la cima del volcán Llullaillaco, así como colecciones del patrimonio arqueológico de la provincia.
Si bien son tres, la Niña del Rayo, el Niño y la Doncella, por razones de preservación se exhibe uno por vez.
Unos metros más adelante, sobre la misma cuadra, se encuentra el Centro Cultural América. El edificio del año 1913 no tiene desperdicio, fue sede del tradicional y aristocrático Club 20 de Febrero hasta que fue expropiado durante el gobierno de Juan Domingo Perón en el año 1950. En la actualidad, es monumento histórico nacional y espacio cultural de la provincia.
Del otro lado de la plaza 9 de julio (de frondosa y variada vegetación), sobre la calle Caseros, otro highlight es el Cabildo Histórico, otrora sede de gobierno (1626 - 1888) y actual monumento nacional, alberga el intersantísimo Museo Histórico del Norte.
El techo es de teja, su balcón es sobresaliente, vale descubrir las bellas indiátides -cariátides con fisonomía indígena- tanto como el chapitel y la veleta de hierro forjado y chapa recortada que representa un pajecillo conocido como el Diablito del Cabildo.
Una aclaración: todos los edificios que rodean a la plaza principal de la ciudad respetaron la tradicional recova, más la del Cabildo es particularmente bonita por su antigüedad.
Explora Salta es un complejo museológico y cultural que funciona en la distintiva casa Leguizamón, la que fue restaurada para convertirse en un espacio que muestra la historia de Salta y su gente a lo largo de los tiempos. Contiene además un museo interactivo, un exploratorio para niños y un centro de diseño con salas de exhibición.
Justo al lado, sobre la peatonal La Florida, el Museo Casa Arias Rengel, construido a mediados del siglo XVIII, es otro ejemplo de la arquitectura colonial.
Para los amantes de la historia, sobre la calle Caseros destaca la parroquia San Juan Bautista de la Merced. En su interior se encuentra la cruz que Belgrano, tras la Batalla de Salta, mandó a colocar sobre la fosa común con la leyenda “Vencedores y Vencidos en Salta, 20 de febrero de 1813”.
Continuando por la peatonal La Florida se llega hasta la calle Urquiza, en donde se encuentra el antiguo Mercado San Miguel. Si bien perdió su autenticidad, aún se pueden encontrar puestos en los que venden los sabrosos condimentos del norte argentino, como el pimentón, el comino, el ají o el orégano de los Valles Calchaquíes.
En tanto que para los entusiastas del arte religioso, en la esquina de Alberdi y San Juan, del lado sur de la Avenida San Martín sobresale la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de la Viña con su alta torre y atractivo colorido, obra del arquitecto Noé Macchi. Brilla en su interior un óleo de autor anónimo, de mediados del siglo XVIII, que representa a Cristo pisando uvas.
De regreso hacia la plaza principal de la ciudad, en calle Urquiza al 400 vale también visitar la poco conocida Capilla San José, bien sencilla pero con un patrimonio cultural trascendente de pinturas cuzqueñas.
Retomando por la calle Buenos Aires, en la esquina de Caseros, el Hotel Salta -del año 1942- de claro estilo neocolonial es otro ícono de la ciudad.
La calle Caseros es para @tripticity_ quizás la más linda de toda la ciudad. En particular, pues tiene como marco -al fondo- el cerro San Bernardo y también por cuanto en ella se encuentran hermosos edificios históricos.
En primer lugar, el Museo Casa de Uriburu, también del siglo XVIII, de paredes de adobe con las clásicas tejas, es representativo de la estructura arquitectónica con un patio central y habitaciones a su alrededor. Su colección se compone de objetos de la vida colonial.
Luego, en la siguiente esquina se alza la Basílica Menor y el Convento de San Francisco de la orden franciscana, de impresionante belleza arquitectónica y otro más de los significativos símbolos de la ciudad, por su fachada completamente ornamentada en vivos colores terracota y marfil. Su torre con campanario es considerada la más alta de Sudamérica con 54 metros de altura. Es impostergable visitar su museo y el convento en su interior. A simple vista se destaca el mural cerámico que rodea la entrada al museo ejecutado por la artista salteña Elsa Salfity en el año 1978, en honor a Fray Mamerto Esquiú.
Además, la iglesia fue testigo de importantes hechos históricos como la presencia de Manuel Belgrano en la misa celebrada luego de la Batalla de Salta del 20 de febrero de 1813. La “Campana de la Patria” fue realizada, por orden del glorioso general, mediante la fundición de las armas y municiones que se usaron en la batalla.
El complejo cultural San Francisco ofrece visitas guiadas tanto a la basílica, a los patios y a la torre del campanil. Particularmente interesante es la propuesta de visita nocturna.
Además, en el interior funciona un restaurante y con cierta periodicidad se realiza un evento nocturno con proyecciones en 3D y show de luces.
Continuando por la calle Caseros, se llega a la iglesia y convento San Bernardo, uno de los edificios más antiguos de Salta, hogar de las monjas de clausura Carmelitas Descalzas. Si bien no está abierto al público, su fachada resulta extraordinaria, destacando la puerta barroca de madera del año 1762, íntegramente tallada a mano por indígenas nativos. Los fines de semana se pueden adquirir soberbios dulces y panes hechos por las monjitas.
Desde allí, resulta agradable caminar hasta el Paseo Güemes, pasando por la Usina Cultural de Salta (en la que funciona un teatro auditorio, salas de exposición y un anfiteatro), que ofrece varias opciones de bares, cafés y restaurantes, para un singular vista de otro ícono de la ciudad: el monumento al General Martín Miguel de Güemes en la base del cerro San Bernardo, donde todos los 17 de junio se celebran los tradicionales fogones en su honor, precedidos de la Guardia Bajo las Estrellas, en la que los gauchos se reúnen en vigilia alrededor del monumento para luego participar del desfile. De camino, se destaca la arquitectura del recoleto Club 20 de Febrero. Su bar abierto a los no socios, Febrero, es perfecto para tomar un refrigerio mientras se recargan energías.
Otro paseo sugerido es subir a la cima del cerro San Bernardo utilizando el Teleférico Salta, para obtener la mejor vista panorámica de la ciudad y del Valle de Lerma. Allí, se asentó el proyecto gastronómico del chef Fernando Rivarola y de la sommelier Gabriela Lafuente, El Baqueano. Proponen cocina autóctona contemporánea y de autor. El restaurante, con la mejor vista a la ciudad, cuenta con una excelsa cava, cocina a la vista que utiliza productos locales y de estación y una singular biblioteca gastronómica.
Un tanto alejado del centro de la ciudad, el Mercado Artesanal funciona en una antigua casona de muros de abobe y largas galerías sobre la calle San Martín. En sus inicios allí operaban molinos, razón por la que la zona fue conocida como Alto Molino. Se encuentran a la venta productos regionales de artesanos locales; cestería, tejidos, alfarería, platería, trabajos en cueros por nombrar algunos.
Muy cerca de allí, la peña folklórica Casona del Molino es un clásico de los turistas, no solo por sus famosas empanadas, sino por su genuino ambiente de fiesta. Guitarreadas espontáneas tienen lugar cada noche y todos son bienvenidos. De noche, la zona de calle Balcarce y la de Paseo Güemes concentra los pubs con tragos y música.
Por último, un auténtico paseo por la ciudad de Salta debe incluir necesarios stops para deleitarse de la oferta de gastronomía regional que ofrece la ciudad. Es una excelente oportunidad para probar las humitas, los tamales y el locro, así como también sus dulces regionales, como las nueces confitadas, el quesillo con miel de caña o cuaresmillos y el turrón salteño (una torta de capitas con dulce de leche y merengue a base de miel de caña).
Es imprescindible además hacer un testeo de empanadas salteñas. Aquí las sugerencias de @tripticity_.
Comida árabe
Una gran corriente inmigratoria llegó a Salta en las dos últimas décadas del siglo XIX, por lo que la “comida árabe” ya forma de la tradición gastronómica salteña. Empanadas, niños envueltos, kipe, falafel, mamules, baklavas, hay para todos los gustos. Muchos son los excelentes restaurantes para degustar estas exquisiteces. Nuestro favorito es Dubai, por sus buenos precios y su buena atención.
Comida italiana
Atendida por sus dueños, L'Italiano Di Milano es el lugar en Salta para deleitarse con pizzas y pastas bien al dente. Todos los platos diseñados por el mismísimo Walter, el milanés asentado en Salta hace muchos años que presenta excelentes pizzas y pastas de superior calidad. La ambientación es muy linda y destaca la música de radio italiana.
Parrillada
Son varios los restaurantes especializados en el típico asado argentino. El Charrúa (en versión bodegón de calle Caseros o más refinada en Paseo Güemes) es una buena opción, tanto como 802 en el corredor de la Balcarce y Distinto o El Viejo Jack II en Tres Cerritos.
Cómo llegar
A gran distancia de Buenos Aires y de los otros centros turísticos nacionales, a Salta conviene llegar en avión. Para el viajero que quiera conocer la Argentina en pocos días, hay excelentes conexiones con vuelo directo a Mendoza, Iguazú y Bariloche. Dos frecuencias semanales la unen con el aeropuerto paulista de Guarulhos y en algún momento debería reabrirse la ruta con Ciudad de Panamá.
La ciudad de Salta es ideal para hacer base en una travesía que incluya a Jujuy y Catamarca.
Cómo moverse
Lamentablemente en Salta aun no funcionan Uber ni Cabify.
Desde el aeropuerto la mejor manera de trasladarse es en alguno de los remises que aguardan en el hall de salida. La imagen de los choferes sin identificación ofreciendo a viva voz sus servicios puede generar desconfianza al turista neófito, pero en realidad pertenecen a una agencia que tiene la exclusividad del servicio privado. La tarifa la marca el taxímetro y sus conductores son gentiles y atentos con el recién aterrizado. En horarios pico o con alta demanda puede haber escasez de oferta y no queda otra que esperar.
Para quien va directamente a Jujuy, los mismos vehículos hacen el trayecto y conviene juntarse entre cuatro pasajeros para abaratar costos.
Otra opción es el shuttle con escala final en la Plaza 9 de Julio, aunque los precios no son tan convenientes cuando se viaja en grupo ni cuando el tiempo apremia.
Ya en la ciudad, para moverse la manera más cómoda es tomar un taxi o un remise en la calle. Las tarifas son similares y la limpieza y comodidad del coche son aleatorias.
El transporte urbano en bus requiere una tarjeta especial llamada Saeta. Si bien es la opción más económica, sus paradas están mal señalizadas y las frecuencias son irregulares. Conviene, sobre todo si no se habla español, asesorarse en cuanto a dónde tomarlo y dónde bajarse.
Hay bicisendas que conectan el centro con las zonas este y oeste y en especial con la bonita zona residencial de Tres Cerritos.
El tránsito vehicular es bastante caótico y por regla, antes de cruzar una calle, conviene recordar que, en Salta, el peatón nunca tiene la prioridad.
Si se trata de una visita de varios días, la mejor opción es hacer el recorrido en un coche alquilado. Si las horas son escasas, un tour del día a Cafayate, Cachi o San Antonio de los Cobres tendrá a favor la presencia de un guía, pero será una exigencia bastante fuerte para el físico.
Accesibilidad
En el centro hay buena accesibilidad para personas con movilidad reducida tanto en el centro como en las atracciones.
Dónde alojarse
La mejor zona es la del centro, en el cuadrante comprendido por las calles Caseros, Catamarca/Vicente López, Av. Entre Ríos y 25 de Mayo/Pellegrini.
La zona de Tres Cerritos, en el corredor de avenidas Bicentenario (ex Virrey Toledo) y Reyes Católicos, aunque alejada de las atracciones históricas, es una buena opción para quien busca un área residencial con bares y restaurantes. En San Lorenzo la oferta se centra en hoteles y cabañas rodeados de verde.
En la zona del parque San Martín se concentran los hostels y alojamientos más económicos.
Seguridad
Con las precauciones lógicas, por lo general el casco histórico y el macrocentro de Salta son seguros. Especial alerta requiere la zona del Mercado San Miguel por los carteristas buscadores de turistas confiados.
Cambio de divisas
A pocos metros de la Plaza 9 de Julio, en la calle España al 600, aguardan los “arbolitos” con sus dólares, euros, reales y pesos chilenos. Se puede cambiar en la vía pública sin ningún problema.