Trelew & Gaiman

Resabios de inmigrantes galeses

Luego de visitar Puerto Madryn, para descubrir la belleza de su fauna marina, nos dirigimos hacia Trelew, desde donde salía -al día siguiente- nuestro vuelo de regreso, en un recorrido por la estepa patagónica de poco menos de una hora.

En la ruta, antes de llegar, nos fotografiamos con la gran escultura del dinosaurio más grande del mundo. Esa iba a ser la única imagen que nos llevaríamos de un dinosaurio, ya que el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Trelew se encontraba -inexplicablemente- cerrado.

Ante ello, nos dirigimos directo a la Casa de té Nain Glenys, en las afueras de la vecina Gaiman, pueblo que crearon los galeses al migrar en el siglo XIX.

Un dato curioso, "tre" en galés significa ciudad y “Lew" Lewis, es decir la ciudad de Luis; en tanto que Trevelin, otro asentamiento galés en el valle del lado andino, significa ciudad del molino.

De la búsqueda que habíamos hecho previamente, nos pareció que Nain Glenys ofrecía una experiencia un poco más auténtica que las otras disponibles en el pequeño poblado patagónico. No admiten reservas, por lo que decidimos ir bien temprano, casi en la hora de la siesta, para evitar esperas. Salteamos el almuerzo, luego del gran desayuno que habíamos tomado en La Posada, el hotel boutique en el que paramos en Puerto Madryn, e hicimos un té temprano.

La atención no es buena, las tortas y el servicio en general apreciarían una mejora en calidad, pero no podíamos visitar esta parte de Chubut sin concretar la experiencia del té galés, puesto en auge tras la visita de Lady Di en 1995. Sí rescatamos la presentación, con vajilla inglesa. El resto nos pareció prefabricado para el típico turista que pasa solo por el momento.

Luego, hicimos un corto recorrido por la plaza principal, con su árbol de mariposas y el característico dragón rojo. Justo al frente, el antiguo almacén central de Gaiman hoy ofrece lindos souvenirs para los visitantes.

Desde allí nos dirigimos al Museo Casa Del Poeta, una iniciativa privada de descendientes de galeses, a cargo de Patricia, quien ofrece una explicación del recorrido de la que fuera casa del poeta Evan Thomas, a principios del siglo XX. Se describen las costumbres y tradiciones de la comunidad y de sus pobladores, como su célebre concurso de poemas. Son habitaciones de la antigua casa, ambientadas como en la época, con elementos, objetos y mobiliario conservados por las familias galesas. Nos llamó especialmente la atención el antiguo gramófono, más cuando Patricia le dio cuerda y nos hizo escuchar una canción en galés en el adminículo. También allí se exhiben objetos del periódico Y Drafod (El Mentor) fundado por Lewis Jones.

Tras ello, regresamos hasta Trelew, una ciudad con poca identidad.

Allí visitamos el histórico Hotel Touring Club, donde se hospedaron Antoine de Saint-Exupéry, Julio Argentino Roca y los bandidos Butch Cassidy y Sundance Kid. Fue así que recordamos nuestro viaje a Trevelin, pues allí también existen recuerdos de la permanencia de esos fugitivos americanos en la Patagonia argentina.

El hotel es una joya arquitectónica impresionante, típica del art decó, con un mobiliario exquisito. La confitería no se queda atrás, parece un museo y en cualquier otra ciudad sería un experiencia notable. Sin embargo ni el uno ni la otra ofrecen un servicio acorde a su historia. Nos dio pena de que se luzcan con tanta indolencia.

Esa noche sí que elegimos una buena opción hotelera en Trelew, La Casa de Paula Bed & Art, un alojamiento cómodo, en el que el arte de su dueña se exhibe en cada rincón.

No había mucho más que hacer, apenas descansar en nuestro refugio y esperar el largo regreso a casa.