Milla 7

Notables sabores en los Valles Calchaquíes  

En el km 11 de la ruta nacional 68 asombra la propuesta gastronómica de Milla 7, un moderno comedor rodeado de viñedos en Chimpa, a diez minutos del centro de Cafayate. 

Situado en Finca La Silvia, ofrece una carta con originales opciones de tablas para dos personas, todas creativas y con ingredientes de primera calidad, sea en su variante norteña, parrillera, quebradeña o veggie. 

Llegamos un mediodía de un muy caluroso domingo de primavera, justo cuando el sol rajaba la tierra y el típico viento cafayateño de la tarde aún no había empezado a soplar. Por ello, optamos por una mesa en el interior para disfrutar del aire acondicionado; igualmente, los ventanales hasta el techo permiten sentirse inmerso en el mismísimo Valle Calchaquí. Las vistas hacia el sur y el oeste dominan la escena. 

Antes de arrancar con el banquete dominguero, bajamos para conocer la cava subterránea, donde se conservan los mejores vinos del restaurante.  

La Bodega se autodefine como joven (tuvo sus inicios en 2015) y comprometida con lograr un vino de altura, producto del particular terruño que, según por donde llegue el visitante, marca el final o el principio del circuito de la Quebrada de las Conchas.  

Quien nos recibió fue Sonia, quien junto con su compañero Pablo concretó el proyecto de Milla 7 en Finca La Silvia, nombre que honra a sus mamás. Se trata de diez hectáreas en un tercio cultivadas con malbec y cabernet franc y sauvignon. También compran torrontés de la zona para ofrecer el característico vino salteño.  

A pesar del intenso calor, no dudamos en probar la suculenta tabla norteña, apostando a saborear los típicos manjares que definen la cocina regional reversionados por Sonia, con el valioso aporte de sus asistentes locales. Así iniciamos con una humita en olla, extraordinaria, bien sazonada, de un intenso color que evidenciaba la calidad del choclo utilizado. En esa primera etapa también probamos el locro, pulsudo, potente. En Salta los que saben le llaman el locro de cuchara parada, lo que implica que pasa el test de colocar una cuchara en el centro y que quede vertical formando un ángulo recto y sin moverse. Como complementos la tabla incluye porotitos pallares en escabeches y cebollitas caramelizadas en malbec. ¡Delicioso! 

En una segunda tanda llegaron las empanadas, una de carne tradicional y otra de quinoa y queso. Además, papines al horno con mucho pimentón comprado en San Carlos y la gran revelación de la tabla, unos chorizos saltados a la plancha con torrontés. Robaremos esa receta… 

Todo lo acompañamos con un Cabernet Franc de producción de finca, el que lleva una etiqueta que se destaca por su simpleza y carácter. En realidad solo @tripticity_, pues debíamos regresar a Salta esa misma siesta y el chofer y cadete tuvo que conformarse con una fresca soda, muy a pesar. Lo mismo con los postres, que quedaron pendientes para una próxima visita.  

Nos despedimos de Sonia con la certeza de regresar pronto a Milla 7, pues con lo foodie que se transformó @tripticity_ debe probar todas las otras opciones de tablas, que nuestra anfitriona ideó con mucha creatividad y afición por la buena cocina y cuyo resultado representa uno de los puntos altos de la gastronomía cafayateña.