La Rioja
Vinos y arquitectura en su máximo esplendor
La Rioja es la provincia y comunidad autónoma famosa por su espectacular ruta del vino. Ubicada al norte de España, sus bodegas destacan tanto por su historia y arquitectura como, por supuesto, las maravillas que producen.
Desde el país vasco, planeamos un itinerario para poder conocer las más relevantes, mientras descubríamos los paisajes de meandros marcados por el serpenteante río Ebro.
Tomamos temprano un bus desde la Intermodal Bilbao que nos dejó, en poco más de una hora, en la pequeña estación de Haro.
Allí nos esperaba el atento Jesús, quien nos guió en nuestro recorrido.
Fue él el encargado de llevarnos de un lado a otro, en nuestro intento de lograr el ambicioso itinerario que nos había armado el enorme Rodrigo Ravera, el experto que conoce la región como pocos y sabe armar el mejor trayecto para cada cliente.
Iniciamos en el barrio de la Estación de Haro, donde se sitúan varias bodegas tradicionales.
Era justo el día de fiesta del pueblo, por lo que muchas se encontraban cerradas. Pero eso no complicó nuestro recorrido, pues las que queríamos conocer estaban abiertas y, en el caso de las otras, era una gran oportunidad para descubrir su arquitectura sin mayores explicaciones.
Tener en cuenta que casi todas prevén un ticket de ingreso para las visitas.
Pasamos por Cvne, por Bilbaínas, hasta llegar a la majestuosa López de Heredia - Viña Tondonia. Su wine bar, una modernista instalación exterior, fue diseñado por la arquitecta iraquí Zaha Hadid integrando tradición y modernidad. Justo en frente, también resaltan otros nombres históricos de Haro: las bodegas Gómez Cruzado y La Rioja Alta. En Muga, aún se conserva la locomotora que transportaba las cubas de roble hasta Bordeaux. En la rotonda contigua luce el monumento a la Vendimia.
Desde allí, Jesús nos llevó hasta la localidad de Ollauri, al sur de Haro, para sorprendernos con el diseño de Bodega Beronia, que se integra a las viñas del entorno. Es que la construcción aparece escondida en el desnivel de la parcela.
Continuamos rumbo a Conde de los Andes, la que resultó la favorita de @tripticity_. Su vino es sublime y sus calados subterráneos de más de un kilómetro son espectaculares. La visita guiada es cara, pero es asombroso andar por esos pasadizos subterráneos, paseando por siglos de historia del mundo del vino hasta llegar a la Sacristía, donde se estiban cientos de añadas, entre ellas botellas de cosechas míticas como las de 1892, 1918, 1948 o 1964. En ese privilegiado sector brindaron nada menos que Ernest Hemingway y el torero Antonio Ordóñez, tal como lo testimonia la fotografía orgullo de la bodega.
Fue fundada por Federico Paternina en 1896, allí donde sus ancestros ya elaboraban vino desde el siglo XV.
El recorrido luego de esa mágica visita finaliza con una degustación de sus vinos a la altura de la bodega, con el insuperable jamón de Huelva y trufas de chocolate.
Al finalizar, el gran Jesús nos esperaba para llevarnos hasta el histórico pueblo medieval de Laguardia, no sin antes hacer un bonito stop en bodega Baigorri, con su emblemático edificio en forma de cubo de cristal y su particular sistema que utiliza la gravedad en el proceso de elaboración de vinos.
Luego nos dirigimos al Balcón de La Rioja, en el límite entre el País Vasco y La Rioja, para la mejor panorámica de toda la región de valle fértil.
Cerca del mediodía arribamos a Laguardia. Jesús nos dejó en una de las puertas de ingreso de la villa medieval, la Puerta de las Carnicerías o Puerta Nueva, del otro lado del Ebro, por lo que ya pertenece a la comunidad autónoma del País Vasco, pero forma parte de la zona conocida como la Rioja Alavesa.
Ubicada en lo alto, cuenta con una muralla típica medieval.
Allí fue cuestión de perderse por sus callejuelas y sorprenderse con su bella arquitectura. Pasamos por la iglesia de Santa María de los Reyes del siglo XIV, luego por la iglesia de San Juan. Anduvimos también por la antigua judería en la parte baja del pueblo, por la plaza mayor, con su bello ayuntamiento, hasta llegar el restaurant Biazteri 1974, donde copa de vino mediante disfrutamos unos pintxos memorables de bacalao con pimiento y setas con pulpo.
Aún restaban otras dos grandes visitas en ese glorioso día.
Primero a Javier San Pedro Ortega, la bodega con tanta onda, estratégicamente ubicada frente a bodega Ysios, por lo que fue la perfecta combinación de extraordinaria vista a la Sierra de Cantabria y la vanguardista arquitectura vecina disfrutando un excelente rosé. Su wine bar es casi un pub, moderno, divertido, tanto como el nombre de las etiquetas Viuda Negra o Cueva de Lobos.
Ubicada al frente, Ysios por su parte tiene una fabulosa silueta diseñada por el reconocido Santiago Calatrava, con volúmenes que evocan un movimiento de su techo. Su nombre es un homenaje a los dioses egipcios Isis y Osiris.
Después de esa tan exquisita parada nos dirigimos hacia Marqués del Riscal, la bodega más icónica por su hotel diseñado por Frank Gehry. La visita fue muy masiva y mecánica. Nos fuimos con la sensación de que el vino tiene el mejor marketing del universo, pues saben explotar la belleza del diseño de Ghery en esta bodega centenaria que en definitiva es lo que el visitante se lleva.
La degustación es super express, incómoda y poco personalizada, desatenta, y lo más incomprensible, antes del tour se nos advirtió que no estaban permitidos los videos pues “otros visitantes habían registrado antes ese recorrido de principio a fin”. Algo impropio de una bodega top a nivel global. Cuánto añorábamos para entonces la exclusiva visita a Conde de los Andes de horas antes.
No obstante, en verdad vale la pena pagar el ticket de ingreso por el disfrute que genera la obra del maestro Gehry.
Se iba poniendo la tarde por lo que Javier nos llevó hasta Logroño, donde pasaríamos la noche para tomar al día siguiente el bus hasta Zaragoza.
Nos alojamos en el Mercure Carlton Rioja, con su deco bien noventosa pero con la mejor ubicación, cerca de todo, sobre la Gran Vía Juan Carlos I.
Esa noche esperaba todavía un memorable encuentro del señor @tripticity_ con el primo Joselu, primero, y luego salida de tapas con grandes amigos de Salta, justamente Rodrigo Ravera, Maru y sus “chanchos” Gabriel y Lucas. Era el cumple 46 de Maru por lo que la recorrida por La Laurel, el animado circuito de bares donde esperan los mejores vinos españoles y los célebres pinchos, fue una celebración en sí misma. Toda la zona del casco histórico de Logroño se compone de angostas callecitas, colmadas de tabernas y edificios históricos.
Nuestra travesía, guiados por Rodrigo, comenzó por Juan y Pinchame con sus pinchos de piña y langostinos; luego La Anjana con el brutal combo de solomillo y roquefort y al final una variedad en Pata Negra. Luego fuimos a recorrer la parte de la ciudad por la que atraviesa el Camino de Santiago, pasamos por la iglesia de Santiago el Real y llegamos hasta el Puente de Hierro.
Terminamos con helados de dellaSera mientras seguíamos celebrando la coincidencia. ¡Fue una jornada inolvidable con los mejores vinos, los que se toman junto con amigos!