Viñas en flor

La bodega con aire francés 

Viñas en Flor, la bodega que abrió sus puertas en 2021 sobre la icónica ruta 40 en las afueras de Cafayate, asombra por su arquitectura. 

Un monumental edificio de estilo francés que mira a los viñedos nos sorprendió esa mañana de vendimia, un sábado de marzo.  

Junto a Tamara Herraiz veníamos visitando bodegas de Cafayate en busca de historias de mujeres emprendedoras en el mundo del vino. Así fue como conocimos a María primero y luego a Pimpi, dos salteñas que se asentaron en la tierra del sol para dirigir Viñas en Flor, un proyecto que gestaron junto a sus esposos. María nos contó sobre los años de su juventud que vivieron en Francia y la influencia que ese tiempo los marcó para la concreción de su empresa. 

El nombre que designa a la bodega se ve corroborado en los cientos de rosales ubicados en cada línea de viñedos. Es que la flor de los rosedales se manifiesta en todo el recorrido, en pétalos que ornamentan el ingreso, en cada bouquet que domina cada mesa del restaurant, en cada línea de rosas que vigilan los viñedos y, por supuesto, en la singular etiqueta de sus botellas. 

Los camiones llegaban cargados de uvas y la maquinaria de última tecnología se encontraba en pleno proceso de manufactura. El colosal salón de tanques de Viñas en Flor cuenta con las versiones en acero inoxidable y las enormes vasijas de cemento. 

En la cava subterránea maravillan los prolijos muros de piedras recolectadas de la finca, lo mismo que la contemporánea arquitectura del corredor en donde se alinean las barricas de roble. Un ancho pasillo la conecta con el salón de degustaciones, elegante y sobrio. Era temprano… pero igual nos animamos a probar el emblemático torrontés, el fresco rosé y el promisorio tannat. 

Por último, una rápida visita al gift shop de la bodega, una excelente tienda innovadora, en la que no solo se ofrecen los vinos 1700 sino modernos objetos de diseño de la más alta calidad. 

Nos despedimos con un hasta pronto, con ganas de disfrutar la propuesta gastronómica del restaurante de alta cocina, cualquier mediodía de sol vallisto. Programa que seguramente se convertirá en un clásico de la cada vez más sofisticada Cafayate.