Tirana
Un día en la capital de Albania
El país se está posicionando como una de las opciones más trendies para el turismo que busca playas a buenos precios.
El aeropuerto ya evidencia ese trance en el que se encuentra, queriendo dejar el polvo que le dejó su pasado de tiranía y prepararse para convertirse en algo más grande. Pero para entonces, todo era aún muy rústico.
Al salir, nos sorprendió la cantidad de empresas de alquiler de autos. Sucede que esa está siendo la forma que los turistas elijen para llegar a sus playas, ante la falta de buen transporte público.
Nosotros tomamos el transfer Luna que nos llevó en media hora directo al centro de la ciudad. En el camino comprobamos la transformación que está en marcha, una gran cantidad de grúas y excavadoras y modernos rascacielos erigiéndose por doquier.
Sabíamos que eran pocos los atractivos de la capital, pero queríamos conocerla aun sin hacer la opción de sol y mar.
Al caminar por sus calles nos gustó la buena energía que se siente.
Su historia da cuenta de la dominación por el imperio otomano hasta el año 1913; luego fue tomada por Mussolini y el nazismo en los 40.
Enver Doxha fue el dictador que la tuvo bajo su mando por cuatro décadas hasta su muerte en el año 1985. En los 90 llegó la democracia, débil, con guerra civil: el propio Estado armó un esquema ponzi con casi toda la población. Otro dato terrible fue la cantidad de muertos, unos dos mil, en combates contra la OTAN.
Tiranë floreció en el 1500, con los turcos. El centro renació paradójicamente con la invasión italiana, durante la Segunda Guerra Mundial. Desde los 90 la ciudad intenta recobrar su identidad, con mejoramientos de infraestructura y recuperación de espacios verdes. El turismo como lo detallamos está en pleno desarrollo.
Iniciamos nuestro recorrido por la calle Murat Toptani rumbo al Castillo de Tirana, Kalaja e Tiranës. Son en verdad fragmentos del viejo muro defensivo del año 1800 terminado de destruir por los otomanos, hoy reconvertido en un shopping bien animado.
Luego pasamos por la Mezquita Namazgah, continuando hacia la Pirámide de Tirana. El sol agobiaba, hicimos el esfuerzo y subimos hasta su cima. Fue construida en el año 1988 como mausoleo del dictador Enver Doxha, mas después de su caída su destino cambió. Se trata de una estructura brutalista de hormigón. En la actualidad funciona un centro cultural. Durante el conflicto de Kosovo en el 99, sirvió de base de la OTAN. Para quienes no quieran cansarce, se llega con ascensor al bonito bar de su cima.
Luego en el Parque Rinia ingresamos a la obra The Cloud, son los restos de una instalación de arte que quedó como escultura donde se juntan los jóvenes.
Ingresamos a Bunk'Art 2, el bunker antinuclear reconvertido en museo de historia.
A continuación, la Plaza Skënderbej, Sheshi Skënderbej, en honor a Sheshi Skënderbej, el príncipe Alejandro que es el héroe nacional de Albania.
En el Museo Histórico Nacional se destaca el mosaico de su frente, de varios artistas terminado en 1981, que simboliza la historia de Albania representada por una mujer, la Madre Patria.
En la plaza se erigen la Mezquita de Ethem Bey, del año 1821 y la Torre del Reloj, Kulla e Sahatit, construida por el mismo Ethem Bey.
Era cerca del mediodía por lo que optamos por hacer una prueba del street food en la plaza en On The Run, unos hot dogs con cervezas ¡tremendos!
El calor se sentía fuerte, por lo que decidimos refrescarnos en el spa del hotel. Hicimos el check in en el The Plaza. Nos asignaron una habitación de la esquina en un piso alto, con una fabulosa vista de la ciudad y sus montañas.
Al atardecer, tomamos un trago en el bar del último piso del hotel, luego paseamos por la linda plaza y regresamos al majestuoso hotel para cenar.
Y así, disfrutando de la espectacular vista que ofrece el Maritim The Plaza nos despedimos de la prometedora Tirana.