Sitio arqueológico de Tastil
Enorme patrimonio cultural
Se trata de una reliquia arqueológica de inmenso valor que da cuenta de una civilización preincaica, la más grande del actual territorio argentino, con sus costumbres y formas de vida.
José Pedro Zalazar, nativo de Santa Rosa, fue por años el custodio de ese tesoro. En la actualidad, sus hijos y sobrinos asumieron la responsabilidad a través de su trabajo en el área de cultura y turismo de la Provincia de Salta. Son ellos quienes acompañan al visitante hasta el ingreso a las ruinas.
La ciudad, de una organización arquitectónica precisa y cuidada, fue erigida en una ubicación clave del Qhapaq Ñan, el trazo de carreteras perfeccionado y aprovechado al máximo por el imperio incaico y que hoy se conoce como Camino del Inca.
Los restos de la ciudadela fueron hallados por el sueco Eric Boman, a principios del siglo XX. Son aproximadamente 15 hectáreas compuestas de recintos habitacionales, algunos de los cuales contaban con su propio enterratorio (cistas). Se destacan la plaza mayor, los patios de molienda y los cuadros de cultivo.
Esta joya arqueológica se encuentra a un costado de la ruta nacional 51, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Salta.
Lo desolado del sitio, otrora hogar de tantas familias, lo torna casi mágico. Es irreal lo bien conservado que se encuentra.
De vuelta en el pueblo un imperdible es la visita al pequeño Museo del Sitio. La cordial recepción de Epifanía y de la activa guía Marcela Zalazar, quienes se aprestan a compartir con el viajero todo su conocimiento sobre el lugar, orgullosas de pertenecer y del enorme patrimonio cultural que vigilan, es una invitación a comprender al menos mínimamente su relevancia.