Palermo
@turistearteba propone recorridos por la Ciudad de Buenos Aires que permiten explorar la idiosincrasia de cada barrio.
Si te apuntás para el circuito nocturno por Palermo Soho hallarás una explosión de color, acompañada de buenas historias sobre el vecindario, su arte y su gente (la de siempre y la más nueva).
No se trata solo de capturar unas fotos divertidas de los ocurrentes murales, sino de asimilar y comprender su trasfondo, el mensaje que contienen, a veces de un modo literal y otras un tanto oculto.
Ahondar en esos testimonios culturales también permite comprender la razón por la que, muchas veces, Palermo es señalado como el barrio trendy de la ciudad que perdió su identidad al recibir sus nuevos residentes y al que se le insinúa un perfil frívolo, un estereotipo de calculada vanguardia.
Más allá de la crítica que le quepa al “palermitano”, el distrito hoy es disfrutable en un 100%, por su amplia oferta gastronómica, por sus tentadores paseos de compras -diseño, ropa, deco- y por la notable expresión artística que sus calles contienen.
Están las escenas futboleras del Gordo Pelota, o las obras de Proyecto Persianas, esa iniciativa que puso en valor las cortinas de metal dando un lugar a la inspiración. ¡Qué decir del valor que aflora del testimonio de Pinta Argentina! Una propuesta que revaloriza la inclusión e integración de todas las personas y brega contra la discriminación.
El trabajo conjunto del argentino Martin Ron con el holandés Nase Pop -consecuencia del Proyecto Duo-, si bien un poco estropeado por el paso del tiempo, sigue transmitiendo energía a través de su mensaje, una admirable simbiosis de profundo sarcasmo con perspectivas geométricas.
Para cuando se llega al pasaje Russel, la guía ofrece unas cervezas artesanales de modo de continuar despertando los sentidos a través del angosto pasadizo.
El desenlace de la experiencia sucede en el pasaje Santa Rosa, como corroborando eso de lo mejor para final.
Luego del tour, nada mejor que una milanesa de bife de chorizo con ensalada de tomates originarios en El Preferido, una síntesis perfecta de lo porteño, del bodegón de barrio, pero con mucha onda. A lo Palermo.