La Ruta del Té
Una experiencia sensorial
Para todo aquel que disfruta tomar una taza de té, el establecimiento insignia de la empresa Don Basilio es la mejor invitación. Allí uno puede informarse sobre las variedades producidas, descubrir sus propiedades y conocer su historia, antes de, por supuesto, vivir la ceremonia misma de su preparación y disfrute.
La casa se armó en una auténtica vivienda misionera de fines del siglo XIX, reconstruida hace unos pocos años. Se encuentra situada alrededor de campos de camellia sinensis, son líneas que se pierden en las características colinas de Misiones, entre medio de su tierra colorada. A un costado, el verde más claro del campo de golf y el espacioso restaurante construido en el antiguo secadero de la estancia.
El ingreso por la ruta nacional 12 ya auguraba un lindo día, a pesar de la lluvia pronosticada para esa mañana de jueves. Silvana nos recibió y comenzó a guiarnos en la experiencia sensorial de la degustación de té.
Arrancamos con las variantes de té negro y una selección de blends. Mi favorito fue el de la flor de híbiscus, que en Misiones se la conoce como la rosella (té negro, canela y hísbicus).
Luego continuamos con el té verde. La versión Pure Leaf, con las hojas enteras de un claro tono y suave sabor, fue el que se llevó toda la consideración. Nos encantó también el blend Viva Misiones, una combinación de té negro, té verde, híbiscus y flor de marcela, una planta medicinal típica de la zona.
En las tres horas de visita, además de contarnos sobre la historia del establecimiento, fuimos pacientemente instruidos por Silvana sobre las propiedades de la milenaria bebida y las características -únicas en la Argentina- de la producción local.
Durante toda la visita, Micha, la gatita del establecimiento, nos acompañó amistosa.
Luego un obligado recorrido por la tienda, no solo para comprar las hebras escogidas, sino también distinguidos accesorios para una ceremonia del té de regreso a casa.
En días de sol también se puede hacer la experiencia de té, que incluye la cosecha de las tres primeras hojas de la planta y una caminata por las plantaciones. De yapa, un almuerzo en el restaurante contiguo, con una carta original que incluye al té en su menú de tres pasos y una arquitectura pensada para regalar las mejores vistas al campo de golf.
La propuesta que ofrecen Carolina Okulovich y su mamá, las sommeliers creadoras de este paraíso, son imperdibles para todo aquel que aprecie la sensibilidad y el deleite contenidos en una taza de buen té.