Hotel Asturias

La morada perfecta en la ciudad de Cafayate

Para @tripticity_ visitar Cafayate se convirtió en una costumbre que merece ser honrada. Es el hogar del terruño sublime que da linaje a sus vinos de altura. 

La tierra donde vive el sol -en la que la energía del suelo se siente en su aire seco- invita a disfrutar de sus grandes paisajes, de su alta gastronomía y de su enorme e impecable oferta hotelera, todo lo cual la convierte en el indiscutido destino central de los Valles Calchaquíes. 

En ese marco, el Hotel Asturias es la perfecta morada. Su ubicación estratégica, a 50 metros de la plaza, permite llegar en un santiamén a todas las atracciones céntricas de Cafayate y, principalmente, prestarse el goce culinario acompañándose de un tinto de altura o un exclusivo torrontés, la cepa característica de la zona, sin preocuparse del problema del alcohol al volante.  

De hecho, justo al frente del hotel, el restaurante Pacha propone una carta gourmet que está en el top 3 de la provincia. A solo un par de cuadras, Bad Brothers promete platos sibaritas que armonizan con sus notables vinos, todos de producción del enólogo Agustín Lanús. Un pequeño barcito frente a la plaza ofrece auténtica comida regional: son muy recomendables las empanadas salteñas de carne de Ampi, sea en su versión frita o al horno. Su fachada atrae la atención de @tripticity_, por cuanto da cuenta de que allí nació Eduardo “Polo” Román. La copla del cartel dice: “No te apures visitante, detén tu paso viajero, estás frente a la casona donde nació un Chalchalero”. Polo fue, hasta su muerte, el “bombisto” (ejecutor del bombo legüero) del grupo folklórico Los Chalchaleros y autor también de muchas piezas populares. 

Volviendo a las bondades del Hotel Asturias, la propiedad es formidable y sorprende descubrir cada uno de sus rinconcitos. Cuenta con un enorme jardín con pileta para los tórridos días del verano, un gimnasio completo y un spa con sauna seco y húmedo, ducha escocesa y una amplia propuesta de masajes relajantes. Sus habitaciones son amplias, pulcras y bien cuidadas, con todas las comodidades y una gran vista de los cerros, del valle o de la plaza, dependiendo de la orientación, todas muy luminosas. 

Su frente impecablemente blanco, acompañado de mampostería en madera, se replica en el interior donde sobresalen las cortinas manufactura del legendario Tero Guzmán, el gran maestro del telar en los Valles Calchaquíes. Con los colores de la bandera de la Provincia de Salta, para el ojo conocedor es mucho más que una simple mixtura de arte hispánico con elementos vallistos. 

Un imbatible es su desayuno, completo, siempre con jugos frescos, café expreso o variedad de infusiones. Por un lado, huevos en sus diferentes versiones y frutas de estación. Por el otro, la pastelería y variedad de tortillas acompañan los deliciosos dulces regionales, sean las frutillas al torrontés, los higos en almíbar o los cascos de membrillo con queso fresco. 

Pero lo que más distingue al Hotel Asturias es sin duda la cortesía y afabilidad de su gente, tanto de Juan en la recepción, de Margarita en el spa, como de su personal todo. Quizás sea la personalidad de su dueño, quien vela atento por la comodidad del visitante, o quizás sea su temple y humor el que impone ese ambiente de calidez en toda la hacienda.

Las charlas con don Susín implican descubrir profundas historias de vida y relatos del encanto cafayateño. Sea que le preguntes sobre alguna de las pinturas o telares que ornamentan sus salas, o por la foto del desayunador que da cuenta de una cabalgata de varios días para realizar una ceremonia durante el equinoccio, siempre hay una cautivante historia para compartir en su ilustre Hotel Asturias.