Alto Traful

Grandes vistas y alto diseño

Villa Traful, el pueblo quizás más aislado del área de Los Lagos debido a su incómodo acceso, sea desde Villa Angostura (en Neuquén) o desde Bariloche (en Río Negro), es sin dudas garantía de auténtica tranquilidad en un escenario de belleza patagónica. 

El simple y a la vez sofisticado Hotel Alto Traful tiene una de las mejores vistas al majestuoso lago, rodeado de montañas de bosques. La contemporánea arquitectura garantiza la panorámica desde todos los ambientes comunes y por supuesto desde sus habitaciones, las que son amplias, modernas, cálidas y cómodas, todas con un balconcito insuperable. Es una combinación perfecta entre buenas prestaciones y una soberbia vista. 

Además de una pileta climatizada, el hotel ofrece sauna seco, sauna finlandés y ducha escocesa en su pequeño pero completo spa. 

Después de disfrutarlos, decidí tomar unos masajes para sorprenderme no solo del bonito sector escondido del hotel, especialmente ambientado para la relajación, sino también por la dulzura de Melina, cuyas manos hicieron magia al darme esos inolvidables masajes relajantes, que garantizaron un profundo sueño en la silenciosa noche de Villa Traful después de tantos kilómetros recorridos. 

El restaurant del hotel ofrece opciones según la hora. Al mediodía la carta consta de un acotado pero eficiente menú de platos informales. Como habíamos llegado antes de tiempo, probamos una completa hamburguesa junto a un par de Spritz y quedamos más que satisfechos. Por la noche el lugar se transforma y las propuestas son más sofisticadas, con otra vajilla, con música tranquila de fondo y con las ventanas regalando un precioso atardecer. Se destacan los productos locales, como la característica trucha, en su versión de tiradito cual ceviche. La pasta rellena resultó deliciosa, lo mismo que una vichyssoise caliente con puerro fresco de la huerta. De postre, el rico canolo al estilo italiano, relleno con ricotta y chocolate. 

Por la mañana, nos sorprendió la generosa pastelería dispuesta en el desayuno buffet, muy recomendable. 

Luego, honré la invitación de Melina para hacer una práctica de yoga con su guía. La cita fue temprano en el salón de uso municipal, que además del relax sirvió para hacer un rápido recorrido por los alrededores.  

Todas las estrellas se unieron para sentirme energizada en el Alto Traful, una gran opción para quien quiera visitar el sur en un ambiente de mayor tranquilidad en plena temporada alta. El único requisito es contar con vehículo propio y estar dispuesto a resistir los pozos y vaivenes del camino de ripio. El premio al llegar a destino es un hospedaje que, en nuestro caso, superó las expectativas.